Preocupante la urgente necesidad de alumnos buscando aprender a escribir... ¿No debiera ser acaso una competencia alcanzada con los doce o más años de educación formal? ¿O los profesores de portugués no consiguen sus objetivos o es que definitivamente el ENEM y otros medios de ingreso a la educación superior elaboran un instrumento que desconoce la realidad de la inmensa mayoría de sus postulantes? En rigor nadie, o muy pocos, debiera estar pidiendo a gritos aprender a redactar; como si existiera una receta mágica, una fórmula matemática irreductible, un secreto confesable. Para ninguno de nosotros, profesores conscientes del contexto actual, es un misterio el hecho que nuestros alumnos redactan mal porque sencillamente leen, escriben y se comunican menos. Ahí están los tecnócratas y expertos en mass-media educativa queriendo sustituir el libro por la tablet, desterrando la Gramática, la Filosofía, la Historia por parecerles improductivas en esta mercantilización del conocimiento y en consecuencia lanzando a la calle analfabetos funcionales soñando con ser médicos, abogados, ingenieros, cuando son incapaces de escribir un texto coherente y que con suerte entienden aquello que leen. Bien por los colegas de portugués porque sus agendas se llenan, pero mal, muy mal, por el verdadero Saber, la conciencia crítica y el sentido común.